Uno de mis sueños siempre ha sido “cruzar el charco” y aunque la primera vez que lo hice fue para ir a Estados Unidos, mi mayor deseo era visitar Sudamérica algún día. Así que cuando pude permitírmelo, decidí que mi primera toma de contacto empezaría con Colombia y Perú en un mismo viaje. De hecho, es uno de los viajes más especiales de mi vida, ya que fue el destino elegido para ir de Luna de Miel. En este artículo os cuento mi ruta en pareja de ocho días desde Lima a Puno, pasando por Paracas, Ica, Cusco y Machu Picchu.

Dicen que la mejor época para viajar a Perú es entre los meses de julio, agosto y septiembre al tratarse de la temporada seca, aunque para la zona de la costa es mejor hacerlo entre diciembre y marzo porque son los meses más soleados. Como tenía vacaciones en septiembre, finalmente escogimos la primera semana de ese mes y la verdad es que fue muy agradable. No hacía ni mucho frío, ni mucho calor.

Día 1: Lima – Ica

El vuelo llegó a Lima a las 5:45 pm y como anochecía muy pronto,  fuimos directamente al hotel situado en Miraflores para preparar la maleta de mano, cenar y descansar antes de nuestra excursión a Ica al día siguiente. El distrito de Miraflores es uno de los mejor preparados turísticamente, además está cerca de bastantes atractivos, por lo que me pareció una buena zona para alojarse tras tener en cuenta varias recomendaciones.

A las 4:00 de la mañana partimos hacia las Islas Balletas y tras 4 horas y media aproximadamente de trayecto, llegamos a nuestro destino para dar un paseo en deslizador de fibra de vidrio, disfrutar de la fauna autóctona y del misterioso geoglifo llamado “El Candelabro”, declarado Patrimonio Cultural. Durante la excursión que tuvo una duración de unas 3 horas más o menos, nos acompañó un guía que nos contó todas las curiosidades de este conjunto de islas y que os detallo a continuación.

Islas Ballestas

Lo primero que admiramos fue este enorme geoglifo que mide unos 180 metros de largo aproximadamente y se calcula que tiene unos 2500 años. Y pese a que se distingue una relación con las líneas, geoglifos de Nazca y de pampas de Jumana, el significado de “El Candelabro” sigue siendo una incógnita a día de hoy. Algunas hipótesis dicen que antiguos piratas lo dibujaron para orientarse en sus travesías de pesca o conquista.

Seguimos la travesía por la llamada “Reserva Nacional Sistema de Islas, Islotes y Puntas Guaneras” para avistar la fauna local. Había una gran cantidad de aves: pelícanos, piqueros, cormoranes y gaviotas, entre las más de 18 diferentes especies que habitan. También vimos los pequeños pingüinos de Humboldt (en peligro de extinción) y lobos marinos. En algunos momentos pasamos tan cerca que casi podíamos tocarlos con la mano, cosa que reconozco que me hizo sentir algo culpable porque tengo el firme pensamiento de que hay que respetar la naturaleza y el hábitat de los animales lo máximo posible. Es cierto, que nos acercamos muy despacio, con el motor apagado y hasta nos pidieron que nos mantuviéramos en silencio.

Lo más interesante de la visita fue conocer la importancia del guano, un fertilizante natural que se forma gracias a la acumulación de excrementos de las aves marinas sobre las rocas. Al parecer, se vende a buen precio y a mediados del siglo XIX fue una importante fuente de ingresos para Perú. Tanto que esa época se conoce como la «Era del guano» donde el país vendió 11 millones de toneladas a Estados Unidos y Europa.

Desierto y Oasis de Huacachina

Después nos trasladamos hasta el desierto de Huacachina para recorrer las impresionantes dunas, de las más altas del mundo, en tubulares o carros areneros. Esta fue de mis actividades favoritas durante todo el viaje a Perú. Parecía que estábamos en una montaña rusa, pero con un paisaje desértico, subiendo y bajando las grandes formaciones de arena a toda velocidad. Pasado un rato, paramos en una de las dunas más altas y nos enseñaron cómo hacer “sandboard”. Básicamente, tirarse cuesta abajo tumbado en una tabla. De lo más divertido que he hecho nunca. ¡Menuda descarga de adrenalina!

Al acabar, nos llevaron hasta un punto con unas vistas increíbles del Oasis de Huacachina, donde aprovechamos para hacer muchas fotografías. Nos pareció un lugar tan mágico como la leyenda que nos contó nuestro guía. Huacachina significa “mujer que llora” porque al parecer, la laguna nació de las lágrimas de una princesa de ojos verdes que perdió a su amor en la guerra. Tras su muerte, iba cada día a llorar al lugar donde se conocieron y al adentrarse en sus aguas se convirtió en sirena.

Día 2: Huacachina y ruta del vino – Lima

Pasamos la noche en uno de los hoteles del Oasis de Huacachina porque al día siguiente teníamos programada otra excursión para aprender todo el proceso de elaboración del Pisco, entre otras cosas, y fue de las mejores decisiones. Por la mañana, antes de partir, nos dimos un baño en la piscina y fue realmente asombroso admirar las imponentes dunas desde esa perspectiva. Te sientes tan minúsculo ante la grandiosidad de la naturaleza, ¡es increíble!

Cachiche y la Palmera de 7 Cabezas

Tenía mucha curiosidad por visitar la localidad de Cachiche por las historias que cuentan sobre brujería y sus prácticas en hechicería. Al parecer, muchas de las brujas de Europa que fueron perseguidas por la Inquisición para castigarlas por herejes se escaparon a Lima y fue en Cachiche donde se asentaron. Según la leyenda, una bruja llamada Julia Hernández Pecho Viuda de Díaz curó el tartamudeo de un niño, que tiempo más tarde se convirtió en congresista de la República. Y éste, para mostrar su gratitud levantó una estatua en honor a la mujer.

Cuando la bruja murió a la edad de 106 años, auguró que cuando creciera la séptima cabeza de la palmera algo malo le ocurriría a Ica. Y así fue, diez años después de su muerte las lluvias torrenciales y el desbordamiento del río inundaron la ciudad con pérdidas millonarias entre viviendas y campos. Desde entonces, se corta la séptima cabeza del árbol. Y a finales de 2018 (nosotros no lo vimos porque nuestro viaje fue en 2017) se inauguró el parque temático Las Brujas de Cachiche con el objetivo de impulsar el turismo en esta región.

Campiña artesanal Nietto

Tras conocer la leyenda del pueblo de Cachiche y la Palmera de 7 Cabezas nos trasladamos hasta la campiña artesanal Nieto, una bodega donde se hace el aguardiente de uva denominado popularmente Pisco. Ahí nos explicaron todo el proceso de elaboración y a continuación pasamos de la teoría a la práctica con una completa degustación de los diferentes tipos de Pisco, vinos y la tradicional Cachina. Y tan contentos, regresamos a Lima para continuar con nuestro itinerario.

Día 3: Lima

Nos levantamos temprano para dedicar el día completo a visitar la capital de Perú, también conocida como “Ciudad de los Reyes”.  Dividimos la ruta para recorrer dos de sus barrios principales donde están situados la mayor parte de sus atractivos: el centro histórico de Lima, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO y el distrito de Barranco.

Tour por el centro de Lima

Comenzamos el recorrido por el corazón de Lima, admirando una de las plazas más bonitas de Sudamérica, la famosa Plaza Mayor o Plaza de Armas. Está rodeada de edificios de gran interés como la Catedral de Lima, el Palacio de Gobierno, la Iglesia del Sagrario, el Palacio Arzobispal, el Palacio Municipal y el Club de la Unión. Aunque como curiosidad, la mayoría de ellos son réplicas de los originales ya que fueron devastados tras un terremoto. A excepción de la fuente de bronce que está justo en el medio, al ser la única que se mantuvo en pie.

Esperamos hasta las 12 del mediodía para ver el tradicional cambio de guardia que tiene lugar todos los días en el patio principal del Palacio de Gobierno. La escenificación militar dura aproximadamente unos 30 minutos mientras los militares realizan coreografías al ritmo de la música en directo. La banda suele tocar y combinar cantatas europeas y peruanas, un ambiente de lo más animado.

Después fuimos hasta la Basílica y Convento de San Francisco, un complejo arquitectónico que tardó casi 140 años en construirse y uno de los mejores exponentes del arte Barroco de Lima. Realizamos la visita guiada a las catacumbas que están en el subsuelo del convento. Fue de lo más impactante, ya que este lugar se utilizó como cementerio y todavía permanecen cráneos y huesos apilados de las miles de personas que se enterraron en este lugar.

El distrito de Barranco

Y de la oscuridad pasamos a uno de los barrios más pintorescos de la ciudad. Con sus casonas antiguas y fachadas de mil colores, Barranco es una de las zonas predilectas de artistas y diseñadores. También de gente joven que sale a tomar algo en sus bares y restaurantes. El Street Art es uno de sus atractivos turísticos, al igual que el famoso puente de los suspiros. Tal y como cuenta la leyenda, lo cruzamos manteniendo la respiración y pedimos nuestro deseo.

Por debajo de este mismo puente está la calle Bajada de los baños que conduce a hasta la Playa de Barranco. La idea era ver la puesta de sol antes de regresar al hotel, pero el día estaba bastante gris, así que aprovechamos para hacer una quedada de Dota 2 con la gentita en el Centro Comercial Arenales y acabamos el día visitando el Parque Kennedy, también conocido como el parque de los gatos por la cantidad de felinos que habitan en el mismo.

Día 4: Lima – Cusco

A las 5:30 de la mañana salió nuestro vuelo rumbo a Cusco y en poco más de una hora llegamos a la antigua capital del Imperio Inca. No me creía que por fin iba a cumplir uno de mis sueños, admirar con mis propios ojos uno de los conjuntos arqueológicos más famosos y espectaculares del planeta, una de las 7 Maravillas del Mundo Moderno: Machu Picchu.

Pero antes de realizar la excursión a la ciudadela inca ubicada en las alturas de las montañas de los Andes, el primer día lo pasamos en Cusco para conocer más sobre su historia y visitar sus monumentos declarados Patrimonio de la Humanidad. Realizamos un completo tour donde descubrimos Qorikancha, Sacsayhuaman, Qengo, Puka Pukara y Tambomachay.

Qorikancha

Su nombre significa “Templo del Sol” y fue uno de los edificios más importante durante el Imperio Inca. Su construcción se llevó a cabo en el siglo XIII y a él acudían para rendir culto y tributo a los dioses. Una pena que casi fue destruido por completo durante el proceso de colonización español.

Sacsayhuaman

Es una fortaleza ceremonial inca de 18 metros de altura, con muros megalíticos y tres torres cubiertas de plata. Su nombre proviene del quechua y significa “halcón satisfecho”. También fue uno de los complejos arqueológicos más importantes de la época, con más de 20.000 hombres extrayendo piedras de las canteras para su construcción.

Qenqo

Se trata de un complejo formado por dos sectores denominados Qenqo Grande y Qenqo Chico donde asistían los quechuas a adorar a sus deidades. Cuando llegaron los españoles, debido a la forma de su construcción lo apodaron Qenqo, una palabra quechua que significa laberinto. Entre sus ruinas se puede apreciar un anfiteatro, dos columnas, un canal y una sala subterránea.

Puka Pukara

Debido al color de sus rocas cuando llega el crepúsculo, recibió este nombre que significa “Fortaleza Roja”. Es una construcción militar que formaba parte del conjunto defensivo de Cusco. Entre sus ruinas se pueden percibir diferentes estancias, escalinatas y murallas.

Tambomachay

Los incas dedicaron especial interés al uso del agua en sus construcciones. Y este templo situado en un bonito entorno natural y formado por fuentes, canales y acueductos se destinó precisamente al culto de la misma.

Antes de cenar y regresar al hotel para descansar fuimos a ver la Plaza de Armas, el corazón del centro histórico de Cusco, donde se encuentran la Catedral y la Iglesia de la Compañía de Jesús. Además de una gran cantidad de restaurantes y tiendas de souvenirs. No podíamos marcharnos sin probar las hamburguesas de Bembos publicitadas por Smash, el famoso jugador peruano de Dota 2.

Día 5: Machu Picchu

Nos levantamos muy temprano para trasladamos hasta Ollantaytambo donde tomamos el tren que nos llevó hasta Aguas Calientes, la población más próxima a Machu Picchu y el punto de acceso a las ruinas incas. Aquí está el famoso cartel de “Bienvenidos a Machu Picchu” y un mercado de artesanía local repleto de puestos de ropa y souvernis en el que aprovechamos para comprar algunos regalos. También están sus famosas aguas termales, de ahí su nombre, pero en nuestra ruta no tuvimos tiempo para incluirlas.   

Después, subimos al autobús que lleva de Aguascalientes hasta la entrada de Machu Picchu en unos 30-40 minutos de recorrido. Hay un número limitado de tickets al día para acceder a la ciudadela perdida y se agotan rápido, así que nosotros teníamos la reserva de los billetes del autobús y de la entrada con un guía especializado desde hace meses.

¡Llegamos a Machu Picchu! Estábamos ante una de las Siete Maravillas del Mundo Moderno. Es un conjunto espectacular, estar allí y conocer su historia es realmente increíble. Su nombre significa “montaña vieja” y fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1981. Nuestra visita guiada duró dos horas y media aproximadamente pasando por los puntos más importantes: el Observatorio Solar, la Casa del Guardián, la Casa del Inca y Los Templos. También vimos las adorables llamas, símbolo de Perú.

Día 6: Valle Sagrado – Puno    

Al día siguiente, hicimos un tour por el Valle Sagrado que incluía la visita al complejo arqueológico de Pisac y al mercado artesanal del Valle de Urubamba. Aquí paramos para almorzar de buffet y más tarde retomamos el itinerario visitando el complejo arqueológico de Ollantaytambo y Chinchero.

Chinchero

Sin duda, me pareció uno de los poblados más originales y pintorescos del Valle Sagrado de los Incas. También se le conoce como el “pueblo del arcoíris”, no solo por sus coloridos mercados de artesanía, sino por este fenómeno natural que sucede con mucha facilidad durante los primeros meses del año. Aquí visitamos uno de sus centros textiles y nos enseñaron cómo las mujeres realizan el proceso de hilado y teñido de la lana con colorantes naturales, y cómo tejen siguiendo la tradición milenaria.

Acabado el día, regresamos al hotel para recoger nuestras maletas y tomar el bus nocturno a Puno. Como el viaje duró unas 9 horas aproximadamente, aprovechamos para dormir.

Día 7: Puno – Cusco

A primera hora de la mañana llegamos a Puno, lo más al sur que estuvimos en Perú y más próximos a Bolivia, para conocer el Lago Titicaca. Se trata de uno de los lagos navegables más grandes de Sudamérica y situado a mayor altura del mundo (está a casi 4000 metros de alto). Hicimos un tour guiado de un día que incluía la visita a las islas flotantes de los Uros y a la isla de Taquile.

Islas flotantes de los Uros

Tomamos un barco desde el puerto de Puno que nos llevó hasta este archipiélago artificial compuesto por 40 islas. Durante la visita, nos explicaron todo el proceso de fabricación de las islas, sus viviendas y embarcaciones. Se realizan con junco o totora, una planta acuática que crece en el Lago Titicaca. Los hombres del poblado son los que se encargan de recoger las raíces de la totora para después trenzarlas y atarlas con cuerdas creando bloques. Cada isla está formada por unos treinta bloques aproximadamente. Le añaden caña seca y los anclan con piedras para que las islas se mantengan fijas.

Después, nos montamos en un barco de totora y llegamos a una de las islas más grandes. Aquí había un puesto para sellar el pasaporte con el sello “Isla flotante de los Uros – Lago Titicaca”. Es un bonito recuerdo.

Isla de Taquile

Al acabar la visita nos trasladamos hasta la isla de Taquile. Hicimos un pequeño trekking con subida de una escalera de unos 500 peldaños incluida, hasta llegar a la parte alta de la villa situada a poco más de 4000 metros de alto. Es importante tener en cuenta la altura y caminar de manera tranquila para evitar sufrir mareos o dolor de cabeza. Así que por el camino fuimos haciendo algunas paradas para admirar las increíbles vistas, como por ejemplo desde su mirador principal llamado igual que la isla.

Una vez arriba, te das cuenta de que en Taquile se vive una vida muy tranquila, sin Internet, ni vehículos a motor. Siguen manteniendo sus tradiciones, usando su vestimenta y transmitiendo las técnicas artesanales más antiguas de Perú, de padres a hijos. Tanto es así que forman parte del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad de la UNESCO.

Tras conocer sus costumbres tomamos un rico almuerzo tradicional y finalizamos el tour con el regreso a Puno. Allí volvimos a coger el autobús nocturno de vuelta a Cusco.

Día 8: Cusco – Lima

A media mañana llegó nuestro vuelo a Lima procedente de Cusco. Era el último día de este increíble viaje, las últimas horas que íbamos a pasar en Perú antes de regresar a España. Así que dejé para el final la visita al Circuito Mágico del Agua y fue todo un acierto. Un alucinante espectáculo nocturno de luces y colores que se hace todos los días en la Fuente de la Fantasía del Parque de la Reserva.

Y hasta aquí mi viaje a Perú, 8 días recorriendo una pequeña parte de este asombroso país de Sudamérica. Espero que os sirva para conocer un poco más los lugares que tuve la suerte de visitar: Lima, Paracas, Ica, Cusco, Machu Picchu y Puno, y para tomar ideas en vuestro futuro viaje. Si queréis ayudarme a que este contenido llegue a más viajeros podéis compartir con vuestros amigos o en Redes Sociales.

Finalmente, aprovecho para dar las gracias a mi querido amigo peruano David Arteaga que vive en Piura porque me ayudó y nos acompañó en parte de este fantástico viaje. Sin él, no hubiera sido lo mismo. Y ya sabéis, si tenéis cualquier duda o sugerencia la podéis dejar en los comentarios. Os contestaré encantada.

¡Buen viaje!