Las caras más visibles del sector de los videojuegos y de los deportes electrónicos son principalmente los comunicadores o creadores de contenido, pero detrás de los focos hay grandes profesionales y con puestos de responsabilidad que son el motor para que todo funcione. Y sus historias, también merecen ser contadas. Ese es el caso de la siguiente invitada de “Gamer tenía que ser”, una mujer trabajadora, emprendedora, con las ideas muy claras, una gran capacidad de lucha y un afán de superación inigualables. Ella es: Jenifer «Rubi» González, Jefa de Operaciones en Big Dreamers 360 y responsable de administración y comunicación en la Asociación de Clubes de Esports (ACE).

Inicios en esports

Sus comienzos en el sector de los deportes electrónicos fueron un poco por rebote, estudió administración y finanzas, y después estuvo mucho tiempo trabajando en producción de eventos, protocolo, cultura y política. Reconoce que sabía qué eran los esports porque en un primer momento jugaba a videojuegos en la consola, pero luego descubrió el League of Legends y se pasó al ordenador. Gracias al MOBA de Riot Games conoció a mucha gente y tenía un grupo de amigos argentinos con los que jugaba en el servidor de Norteamérica (aún no estaban los servidores de LAN y LAS) con 250 de ping.

De repente un día mi vida en el ámbito laboral se vino abajo y de entablar amistad con el dueño de un equipo, me ofreció un trabajo en Argentina para ser la mánager de Royal Paladin en la primera gaming house de toda Latinoamérica. Necesitaban a una persona con experiencia, no tanto en esports sino en gestión de equipos. Cumplía con el perfil y dije por qué no, aquí no tenía nada. Así que hice la maleta y me fui a vivir con los siete chicos y un gato. Maravillosa la experiencia como puedes imaginar.

Jenifer, también conocida como “Rubi”, era y sigue siendo voluntaria de Cruz Roja en emergencias desde hace más de 20 años, por lo que la experiencia le venía de antes y estaba más que acostumbrada a estar con gente joven. Se encargaba de instruir al voluntariado, a coordinarles y a trabajar en equipo con ellos en un ámbito tan importante como son las emergencias, donde la vida de una persona está en tus manos. Ella hacía que las piezas encajaran en el engranaje para que todo saliera bien.

Después de ese proyecto en Argentina se volvió a España y empezó a buscar nuevas oportunidades porque le gustaba el sector y quería empezar aquí. Entró en algunas ligas menores, en su momento (hace más de diez años) como voluntaria o a cambio de visibilidad y de ahí le ficharon para wSystem. Luego pasó al Valencia CF para encargarse de la sección de League of Legends con dos compañeros que llevaban juntos desde wSystem. Y tiempo más tarde entró en Movistar Riders. Primero fue responsable de comunicación y después del equipo femenino de League of Legends, Zombie Unicorns con el que cosechó victorias en los torneos femeninos de DreamHack Summer en Suecia y en el Esports Festival de Portugal.

Su papel en ACE

Hasta la actualidad, que le surgió la oportunidad de entrar en la Asociación de Clubes de Esports (ACE) donde lleva casi dos años y medio trabajando con los clubes, sus problemáticas, la burocracia y las buenas prácticas en el sector, entre otras muchas cosas. Algo que compatibiliza con la dirección de su empresa Big Dreamers 360, una productora audiovisual que montó hace apenas 9 meses junto a dos socios. Y de la que nos contará más adelante cómo surgió y en qué proyectos ha estado y está involucrada.

El fin de la ACE es tener un sitio o un foro donde los clubes tengan un punto de encuentro. Porque compiten entre ellos en el juego, pero conviven en el mismo ecosistema y no tiene sentido llevarse a matar. Entonces lo que hacemos es aunar esfuerzos porque la voz de los clubes se les reconozca y se les tenga en cuenta como otro de los skateholders del sector. Se crea para contribuir a un desarrollo sano y sostenible por parte de los mismo clubes, a través de las buenas practicas.

Ese es un poco el espíritu de ACE, además de ayudar a los clubes más pequeños, aunque no siempre son los más pequeños, pero con menos presupuesto o amateurs, a enseñarles cosas muy básicas que nosotros por experiencia y yo que he estado en dirección de club nadie te enseña. Cómo conseguir un patrocinador, cómo monetizar, cómo negociar con ligas, contratos con jugadores, problemáticas que te encuentras en el día a día y que nadie te ayuda.

De hecho, hemos redactado un código de buenas prácticas para que todo el mundo lo acepte porque si no, no tiene sentido, principalmente porque la base son estos clubes amateurs que van a venir después. Y si no les enseñas unas metodologías sanas que les ayuden a que ellos crezcan también no vamos a tener competencia, no va a haber un ecosistema sano y ya nos hemos enfrentado a pufos de clubes que de un día para otro desaparecen, dejan de pagar a jugadores porque no han conseguido un patrocinador o lo que sea. La idea es enseñarle a cómo hacer las cosas, eso no es un una garantía de éxito, pero si tienes el conocimiento lo puedes aplicar.

Emprendiendo su propio negocio

Gracias a ACE sigue vinculada al sector de los deportes electrónicos y lo combina con otra de sus grandes pasiones, la producción de eventos con Big Dreamers 360. Es una agencia creativa, productora audiovisual y consultora de gaming e esports donde es la Directora de Operaciones, de Comunicación y Relaciones Públicas. Su nuevo y gran proyecto que montó hace apenas unos meses con dos socios (y amigos). Y que pese a la pandemia, les está yendo de maravilla, tanto en la organización de eventos musicales, como de videojuegos y creaciones audiovisuales, entre muchas cosas más.

Todo empezó porque uno de mis socios que no tiene nada que ver con los esports, quería hacer un evento en Baleares sobre gaming y empezamos a hablar de cómo hacerlo. Todo eso derivó en y por qué no montamos una empresa. Luego llegó nuestro otro socio Fernando que es el que está en Madrid y dijimos: ¡vamos a hacerlo! Entre tus contactos y los míos todo irá bien. Y a la vez, nace a raíz del quiero tener algo mío. Después de mucho tiempo trabajando en proyectos grandes y ayudando a proyectos a que crezcan quiero hacer un proyecto propio porque no sé hasta dónde puedo llegar. Cuando el proyecto es de otro, al final tienes un techo siempre. Yo no sé cuál es mi techo real porque siempre he tenido uno, y no he podido subir de ahí. Así que nace del me apetece crecer, me apetece saber dónde está mi limite. Y eso es algo que me motiva mucho, me desafía a nivel personal. Me encanta el poder desafiarme a mí misma  y decir podré hacerlo mejor.

En Big Dreamers tenemos cuatro áreas de negocio, es un proyecto 360. La música donde nos encargamos desde la creación y gestión de conciertos, hasta la especialización en logística y producción, es decir, el transporte, camerinos, catering, etc. Hacemos todo lo que está a nuestro alcance para que el artista se sienta a gusto y esté bien. Luego tenemos la sección de gaming con acciones de gaming puro que no tienen nada que ver con esports y proyectos que sí. Yo para no tener conflicto de intereses dado que trabajo en ACE, prefiero no llevar la parte de esports, esa parte la gestiona uno de mis socios que es especialista en deportes electrónicos. Después hacemos acciones de comunicación y marketing, eventos de empresa, digitalización, etc. Comunicación pura y dura. Y la última parte que es la producción audiovisual. Eso es lo que hacemos en Big Dreamers 360. Es una locura porque hay semanas que estás preparando un festival para verano y otras veces estás preparando una gira, son cosas muy grandes. Por ejemplo, hace unos meses llevamos a cabo los conciertos de Nati Peluso y de Camilo en Mallorca.

Mujeres y videojuegos

Sin duda, Jenifer “Rubi” González es un auténtico referente en el sector de los videojuegos e esports, además de un claro ejemplo de cómo romper el techo de cristal, emprendiendo su propio negocio. Es por ello, que con tanta experiencia en la industria me interesaba conocer su opinión sobre la evolución de la misma en términos de la igualdad de género. Tanto en los trabajos, como en la representación, las historias, los personajes… Las cosas que se están haciendo bien, qué cosas no tanto y qué faltaría.

Yo creo que estamos evolucionando, pero muy lento. Es normal porque es el proceso de cambio en todos los sectores. En deporte ha pasado, en empresas ha pasado, en la educación ha pasado y en este sector también pasa. Entiendo que no puede ser más rápido y que hace falta un cambio generacional. Por suerte a las niñas de ahora no les pasa, ni les pasará lo que me pasaba a mí cuando era una niña y eso es positivo, es una evolución. Y llegará un punto en el que a día de hoy hay que seguir hablando de mujer e esports, pero yo no quiero hablar de mujer e esports. Yo quiero hablar de profesionales en esports. No quiero ir a charlas que me llamen por ser mujer en el sector. Es necesario y hay que hablar de ello porque también es una realidad que nos enfrentamos a acoso y a muchas cosas negativas, pero hace falta hablar de proyectos, de mi trabajo o de mi profesionalidad que es por lo que estoy aquí.

Creo que a nivel videojuegos y desarrolladoras sí que he visto una adaptación, por ejemplo en las narrativas de los personajes. Ahora ya no es la mujer indefensa como la Princesa Peach, ni el lado extremo de Lara Croft, de mujer hipersexualizada. No. Ahora estamos en narrativas de personajes lgtbi, ya se habla de otras razas, y evidentemente el tema de la mujer se está equiparando al del hombre. Ahora yo ya veo a personajes con la misma armadura siendo mujer que si fuera hombre. Las mujeres también queremos tener esa representación de decir me gusta ese personaje porque es una tía fuerte, lleva una coraza y me gustan sus habilidades, no porque sea mujer. Me veo identificada y a mí me gusta, y yo personalmente juego con personajes mujer, pero también juego con personajes hombre. Que sea mujer es indistinto, soy gamer. Como este hilo que se hizo viral, los tres géneros: hombre, mujer y gamer. Tú no eres gamer, eres una mujer. No perdona, yo soy gamer, independientemente de que sea mujer u hombre.

En cuanto a la visibilización, las mujeres que estáis cara al público en este sector tenéis una responsabilidad para con la gente que os ve, sobre todo las iguales a vosotras. Porque si las niñas no vieran que hay una chica que ha llegado a comentar x liga, primero no sabría que ella podría llegar o no se lo plantearía, y segundo, si tú has llegado, yo puedo también. O no, pero lo voy a intentar. Entonces, son necesarias esas figuras referentes, con la responsabilidad que ello conlleva. Quiero que haya más y que las niñas no pasen lo mismo que hemos pasado nosotras. Y detrás, hay mujeres que saben gestionar, que saben organizar y que su trabajo como profesional también vale. Dentro de un club hacen falta figuras femeninas porque la visión que damos nosotras muchas veces no la puede dar un hombre. Y eso es una de las cosas positivas que yo digo de ser mujer. Los cerebros funcionan diferente, por química, procesos, etc. Nuestra visión también es importante porque es dar otro complemento a lo que ya hay.

La importancia de la salud mental

De este tema pasamos al de la salud mental, que siempre ha sido bastante tabú, aunque por suerte cada vez menos. Lamentablemente, la depresión afecta a un gran porcentaje de la población mundial y parece que es la enfermedad con la que más lidia nuestra generación de creadores de contenido. Jenifer “Rubi” González sabe muy bien lo que es pasar por una depresión, recuperarse y estar comprometida con su salud mental en el día a día, así que no quería desaprovechar la ocasión para que me contara su historia de superación y algún consejo que quiera darle a aquellas personas que están pasando por lo mismo.

Independientemente de que vayas a un profesional, que bonito es tener amigos de verdad que se preocupen por ti y que quieran ayudarte, que se formen o lean. Estamos en una sociedad muy carente de empatía, que vemos al de al lado sufrir y nos da igual. Yo vengo de un pueblo de 1000 habitantes donde nos conocemos todos y mis vecinas son como mis tías, y he pasado de eso a vivir en una gran ciudad y a la deshumanización. Yo no quiero eso y yo sé que mi contribución no va a cambiar el mundo, claro que no, pero a lo mejor puedo ayudar a cambiar la vida de una persona. Por qué no lo voy a hacer. Soy voluntaria desde hace 25 años en emergencias, he ayudado a mucha gente, pero porque creo que cada uno de nosotros tenemos la fuerza motriz como para cambiar o marcar la diferencia en la vida de una persona.

Toda mi depresión viene de un trauma, de un shock post traumático. Cuando sufres un shock post traumático, una de las derivaciones psicológicas más comunes es la disociación, tu cabeza y tus emociones se separan. Cosa que no debería de ser. Es como si yo fuera dos personas diferentes. Entonces la “Rubi” que sufría yo la bloqueaba, no dejaba que saliera, pero eso tenía consecuencias en la “Rubi” que pensaba y era profesional, que se pasaba horas y horas trabajando y no dormía, el estrés me mataba y la ansiedad me mataba. Al final esa parte de mí empujaba a la otra a salir porque estoy aquí y las emociones son reales, no las puedes esconder porque están, hasta que eso explota y es lo que me pasó. De hecho, a día de hoy, en mi cabeza y ya han pasado muchos años, yo no he sido capaz de establecer qué periodo de tiempo fue todo eso. Y es muy duro. Hay una parte de mi vida que no me acuerdo. De muchas cosas que se me olvidaban. Incluso cogí pánico a conducir cuando mi psicólogo me explicó lo que me pasaba. Que yo podía llegar del punto a al punto b sin saber cómo. Y yo dije y si me mato y si mato a alguien.

Algo que yo aprendí con la depresión es que yo no contaba nada a nadie, me lo tragaba todo por temas de educación de mi familia. Nadie puede verte débil, siempre tienes que estar perfecta, y esa auto exigencia nos hace mucho daño. Hasta que un día me abrí y le conté todo a un amigo. Y me sorprendí mucho de que a todo el mundo le pasan cosas, lo que a mí me estaba pasando le había pasado a él. Y lo que yo veía como un drama, me hizo entender que era normal. Y eso me quitó mucha presión de encima.

Otra cosa que me ocurrió es que antes de encontrar a mi psicólogo actual pasé por siete. Y los anteriores eran maravillosos, pero también forma parte del proceso dar con la persona acertada. No sé si es la forma, porque los psicólogos tienen diferentes metodologías de trabajo y para cada tipo de trauma o depresión digamos que hay un tratamiento más adecuado. Hasta que conocí a Su, con él conecté al momento. Y al principio tenía mucho miedo y lo pasaba fatal porque al fin y al cabo, yo iba a llorar y a contarle mis mierdas. Pero siempre he sido muy sincera con él porque es un profesional al que yo le estoy pagando y le tengo que decir la verdad para curarme. Hay gente que va al psicólogo a mentirle. No, no puedes ir y no contarle todo lo que te pasa. Tienes que empezar por la raíz del problema porque si no, no te vas a curar. Hay que ser consciente de que está para ayudarte y no te va a juzgar, aunque te va a decir la verdad y a veces no te va a gustar. Pero es lo que hay. Así que no te agobies si vas a uno, dos o tres psicólogos y no conectas, no te rindas. Hay mucha gente que tira la toalla. No, sigue buscando porque encontrarás a tu psicólogo y la metodología que mejor se adapte a ti y lo que te ocurre.

Planes de futuro

Con todo este proceso “Rubi” aprendió mucho sobre las emociones y cómo desarrollar su inteligencia emocional porque es una de las partes más importantes de la psicología. Y al final, para todo en la vida, en los trabajos, en los estudios, en las relaciones con otras personas, hace falta una gestión adecuada de las emociones. Conversando durante esta entrevista, resultó que las dos hemos leído el libro “Inteligencia emocional” de Daniel Goleman que aprovechamos para recomendaros encarecidamente.

Para terminar, aunque seguro que seguimos viendo a Jenifer “Rubi” González involucrada en más proyectos del sector, ayudando a su crecimiento y sobre todo haciendo lo que le apasiona, veamos lo que tiene que contarnos sobre sus planes de futuro y su filosofía de vida.

Siempre he hecho lo que he querido hacer, evidentemente con las herramientas que tenía. Porque si me preguntas, me hubiera gustado hacer una ruta por Australia. Pero siempre he hecho lo que he querido. He cambiado de profesión cuando he podido y me ha apetecido, me he mudado de ciudad y soy una persona que vivo la vida. Como me dijo una buena amiga: esto no es un ensayo para otra vida, esta es la que tienes, tú decides como la vives. Y teniendo esa frase siempre en mi cabeza, por qué voy a estar en un sitio donde no me apetece estar o con personas con las que no quiero estar. Hay obligaciones que lógicamente tenemos que hacer por trabajo, responsabilidad y demás. Pero es que no hay nada en la vida que necesitemos, excepto la salud. Con eso, puedes hacer lo que quieras. Siempre hay tiempo para empezar de cero. ¿Por qué no?

El próximo mes tendremos nueva entrega de “Gamer tenía que ser” con otra profesional del sector para destacar y reconocer el trabajo de las mujeres en los videojuegos e esports. ¿A quién te gustaría ver? Puedes dejar tus sugerencias en los comentarios.